Tu voz, ése eco que te repite tu fama
Tu voz, ése susurro que a su forma, te egolatra
Tu voz, que te ensalza y luego te rebaja
con ése murmullo, tu voz que te maltrata
Y con tu voz y tu son que te guía hasta en lo que te remata
Pero con tu voz celestial, que entona cualquier serenata…