Se acerca el fin de año y hemos sobrevivido,
a otro año más, como si tal cosa, com si nos hubieran dormido
para así despertar en otro fin de año, sin más cometido
que volver a replantear, otro anuario saborido,
agridulce y abducidos por un sinsentido
que nos pesa aun más si no le damos un chasquido
de vidilla y encendemos nuestro pequeño latido
para empezar a vibrar en nuestro mundo teledirigido
y llenarlo con buenas dichas y sobre todo de ser agradecido…